Pero la realidad, ¿de qué está hecha? De circunstancias, a través de las cuales se nos despierta, y que son el modo concreto para que no decaigamos, para que no sucumbamos a la nada, y nos sintamos preferidos.







martes, 11 de agosto de 2015

COMO NIÑOS




¿Qué es un niño?

El niño es aquel que se asombra con todo, porque se niega a acostumbrarse a su realidad. Para el niño, todo suceso le viene como regalo, porque todo le resulta novedad. No es indiferente,  porque sabe descubrir la belleza de los pequeños detalles que marcan la diferencia y engrandecen lo cotidiano. No se frustra ante lo que no sucede o no llega, porque sabe disfrutar con todo lo que sí. No se entristece en la falta de todos los 'qué' que le faltan, porque vive la intensidad de los infinitos 'cómo' que se esconden en lo que se le presenta. El niño puede soñar, porque no está encerrado en cajones de ideas prefabricadas. No tiene miedo de gritar sus miedos, porque no quiere hacer cola para vivir. El niño corre, porque las caídas en la vida se cuentan con menos dedos que las manos que se te tenderán para levantarte en el momento justo. No le importa llorar, porque no le sirve guardar la tristeza ocupando sitio dentro para cuando toque reír de verdad después. El niño se la juega y salta a la vida, porque el miedo es menos infinito que las ganas de vivir.

El niño es ese tipo único que no se pierde nada de su vida, porque quiere vivirlo todo, pero ¿cómo lo hace?

El secreto del niño está en el modo de mirar la realidad. El niño no tiene soberbia en la mirada, no mira con prejuicios, no mira con desesperación, no mira con críticas preformuladas, no mira con escepticismo. El niño no acecha a su realidad con el mallete levantado amenazante. La mirada del niño es aquella que aún no ha sido apuñalada por el nihilismo. El niño abre los ojos despacio, y vive cada instante de vida como quien retira el papel de regalo el día de reyes, y aún antes de descubrir lo que esconde, ya disfruta con el brillo del celofán. 

La Alegría del niño se esconde en la sencillez de su mirada: ¡vivir con los ojos como platos! 

Todo resulta un don para la mirada que acoge; y no se trata de una ceguera frente a la realidad que va contra ti, sino de abrir los ojos a que todo lo que sucede, es para ti. Y este 'aquí y ahora', resulta un regalo que no cambiarías por cualquier otra cosa que pudieras haber esperado para este aquí y ahora.

Entonces puedes ser verdaderamente libre. Entonces amas verdaderamente toda tu realidad. Entonces eres, sencillamente, feliz. Y por menos de este momento, que ahora sabes que es el mejor que te podía haber pasado, no quieres nada. 
Solo si estamos dispuestos a ser como niños, estaremos preparados para vivir cada segundo de vida que se nos regale de ahora en adelante, de adelante en ahora. 



“Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los inteligentes y las has revelado a los pequeños” (Mt 11,25)

Compartir