Pero la realidad, ¿de qué está hecha? De circunstancias, a través de las cuales se nos despierta, y que son el modo concreto para que no decaigamos, para que no sucumbamos a la nada, y nos sintamos preferidos.







miércoles, 23 de diciembre de 2015

24 de Diciembre ¿FUN FUN FUN?



Hoy el mundo, comienza un éxodo de su trabajo, sus obligaciones, sus hogares rutinarios, para equiparse con la ilusión y ponerse en camino a celebrar, aunque sea de un modo inconsciente, la Nochebuena.

Nuestro corazón exige su derecho a decir FUN FUN FUN ¡basta! a tantas cosas que no funcionan; nuestro corazón es justo cuando a pesar de todo lo que nos pesa cada día, vuelve a ser tan osado de soñar una vez más.

Vale la pena escuchar a ese corazón que en su grito reclama continuamente el milagro de una novedad que no caduque. No nos conformemos con la resaca de unas fiestas que parezcan dar una amnistía provisional a nuestras tristezas. 

¿Pero es esto posible? ¿Existe algo capaz de corresponder al deseo de mi corazón? Reconocer a Alguien, que como nadie y para siempre, se tomó en serio nuestro grito, y abrazó el deseo del corazón humano, de mi corazón, es la verdadera posibilidad de estrenar esperanzas y brindar felicidades.

La navidad es siempre recordar a Uno que ya ha venido. Es la sorpresa de encontrarnos, hoy, acompañándonos, a Quien nunca se ha marchado. Es la esperanza de Aquel que seguirá volviendo, incesantemente. Despiértate, levántate, no mires más al suelo, alza la cabeza. Es posible una novedad, que no está en el relleno del pavo ni en la espuma del champán, ni en un pacto de días festivos en el calendario, sino en algo que ha sucedido, en alguien que ya está entre nosotros, Jesucristo. 

«El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierras de sombras y una luz les brilló» 
(Is 9,1) 

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