Pero la realidad, ¿de qué está hecha? De circunstancias, a través de las cuales se nos despierta, y que son el modo concreto para que no decaigamos, para que no sucumbamos a la nada, y nos sintamos preferidos.







sábado, 18 de agosto de 2018

NO ME GUSTAN LOS RÍOS





(Notas frente al río Moskova 10-08-28)

Que feliz que fluyes.
Porque sabes que no vas a volver.
Que no bailarás con la misma piedra.
Que puedes mantener el ritmo.
Porque no puedes, en realidad, frenar.
Dejar de ser frenético y olvidadizo.

Siempre pareces el mismo.
Pero eres distinto siempre.
Nosotros nos disfrazamos siempre distintos .
Para ser siempre los mismos.

Cada noche se te apaga el Sol
y ya no existirá más lo recorrido.
Pero cuando se apagan nuestras pantallas
se nos enciende la ausencia.

Tu olvido te viste de emperador
a conquistar nuevas cuencas,
como si nada hubiera pasado,
mientras llenas todo.
A nosotros el olvido nos desnuda
y se ve más vacía nuestra cuenca,
sin saber cómo hacer que suceda.
Algo que nos llene.

Tú te tiendes a los pies de la gravedad.
Y no sabes ni a dónde vas.
Ni a quién tocas y erosionas.
Ni quién te hace tropezar en cascadas,
donde te rompes ¡chás! 

Yo te odio, 
porque yo no se conformarme con la gravedad. 
Y aunque no se a donde voy, 
a menudo grito ¡no aquí no es!

Porque tropezamos y nos rompemos, 
pero nos da vergüenza hacer ruido al caer. 

Y porque amamos las piedras. 
Y no sabemos bailar frenéticos.
Porque en realidad no olvidamos.

Y no podemos mantener el ritmo.
Porque tú encajas en todos los cauces.
Pero mi ausencia tiene un rostro.

Y acabamos volviendo. 
Mientras tú sigues.
Volvemos a las mismas piedras.
Las que tú erosionas.
Las que a mi me erosionan.

No me gustan los ríos.


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